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El trabajo político-ideológico en los docentes del sector de la salud.

Lic. Laura Díaz Fernández. Profesora auxiliar. FATESA
Lic. María Isabel Quintana Sánchez. Profesora auxiliar. FATESA
Lic. Jorge Torres Sánchez. Profesor auxiliar. FATESA
Lic. Adalberto Díaz Corbea. Profesor auxiliar. FATESA

De vital importancia es el trabajo político-ideológico de los docentes del sector de la salud, siendo imprescindible el desarrollo de un sistema de influencias y acciones concientes, tanto políticas como ideológicas, éticas, organizativas, materiales, técnicas y movilizativas que cohesionen y sistematicen la labor político-ideológica del Partido, que permitan la participación real y efectiva del colectivo pedagógico y a su vez su incidencia en los estudiantes en las tareas de la institución. En tal sentido, es muy importante establecer el debate en cuanto a las acciones a desarrollar para lograr resultados con los estudiantes, teniendo en cuenta que toda la labor docente y extradocente que se realice en el ámbito escolar tiene que ir dirigida a la formación comunista de las nuevas generaciones y, por ello, hay que concentrarse en dos vertientes esenciales del trabajo educativo: la formación patriótica, revolucionaria y ciudadana y la segunda es la laboral y por la eficiencia económica. Con este trabajo, nos queremos sumar con algunas modestas reflexiones sobre el tema en sus aspectos más generales, pero tratando además de contribuir con algunas valoraciones, resultado de nuestras investigaciones durante los últimos años.

El trabajo político-ideológico se desarrolla sobre la base de dar continuidad a los objetivos planteados por la dirección del país en la batalla de ideas. En la etapa actual de desarrollo, ocupa un lugar especial la preparación teórica, metodológica y científica del personal docente, incluyendo la preparación política-ideológica. Relacionado con el tema aparecen aspectos sobre los valores en trabajos de filósofos y psicólogos cubanos como son: Nancy Chacón, Ramón Fabelo, Cándido Aguilar, Fernando González Rey, y artículos de revistas especializadas de Europa y Latinoamérica. Además encontramos en soporte electrónico diferentes trabajos relacionados tales como: la Lic. Sonia Sacarás Sánchez, Camagüey, 2003, se refirió a la superación política-ideológica como un reto de la enseñanza médica, proponiendo alternativas de trabajo para esta superación de los docentes; El Comité Ejecutivo del Consejo de ministros, en el 2004, elaboró la estrategia nacional de preparación y superación de los cuadros del Estado y del gobierno, donde se concibió el componente político-ideológico como una estrategia maestra principal, “orientada a brindar las bases, argumentos y los fundamentos político-ideológicos de la Revolución y al fortalecimiento de las convicciones revolucionarias de cuadros y reservas, en correspondencia con las orientaciones del partido”. El MSc. Rafael Izaguirre Remón, en el 2004, en su trabajo: “Los colectivos morales de la salud y la dirección estratégica de los servicios: un problema del trabajo político-ideológico”, hace referencia a la necesidad de identificar los elementos que relacionan los fundamentos directivos del trabajo político-ideológico con el movimiento de colectivos morales de la salud.

El MINSAP, en el 2007 elaboró un documento referido a la estrategia político-ideológica, capacitación y desempeño; definiendo las categorías principales: político, ideológico, trabajo político-ideológico; valores, ética y desempeño. El trabajo político-ideológico se conceptualiza como un sistema de influencias y acciones concientes, políticas, ideológicas, éticas, organizativas, materiales, técnicas y movilizativas, que cohesiona y sistematiza esa labor del PCC.

Se reconocen entre sus características principales que:
1. Es un proceso.
2. Tiene siempre un carácter formativo por las huellas que deja.
3. Supone que el conocimiento se transforme en convicción y se exprese en conducta.

En las tesis y resoluciones del 1er. Congreso del PCC, 1975, se plantea: “El objetivo fundamental del trabajo ideológico es convertir el marxismo-leninismo en guía real del pensamiento, la conducta y la vida práctica de millones de personas”. Para lograr esto debemos de actuar en múltiples direcciones, no podemos concebir el trabajo político-ideológico de una forma abstracta o general, sino, en estrecha vinculación con la vida cotidiana y sus problemas concretos, dirigido a afirmar en la práctica los principios del socialismo y desarraigar todos los hábitos, perjuicios, tradiciones y patrones de conducta que pesan negativamente contra este objetivo. A través de un efectivo trabajo político-ideológico se logra la participación real y efectiva del colectivo pedagógico y, a su vez, su incidencia en los estudiantes en las tareas de la institución, por lo que para ello se hace necesario una efectiva preparación.

Lenin, en el discurso pronunciado en la conferencia de toda Rusia de los organismos de educación política de las secciones provinciales y distritales de instrucción pública, el 3 de noviembre de 1920, expresó: “Lo principal que debe obligar a nuestros camaradas a participar con nosotros en la labor mancomunada cultural y educativa es el vínculo de la instrucción con nuestra política, no debemos desligar esa labor de la política”. Esto se traduce, en que la instrucción no podemos calificarla como apolítica, sino, que por el contrario, a través de ella, el profesor logra en los estudiantes modos de actuar en correspondencia con las exigencias de nuestra sociedad, acorde a los postulados de nuestra Constitución de la República: martianos y marxista-leninistas.

De conformidad con los fundamentos filosófico-cosmovisivos de la ideología organizacional a emplear por nuestros directivos, el trabajo político-ideológico debe caracterizarse por ser:

  1. Planificado
  2. Flexible
  3. Dinámico
  4. Motivador y asertivo
  5. Diferenciado
  6. Sistemático

Los elementos principales referidos al trabajo político-ideológico, que deben ser tomados en cuenta para su éxito, gravitan, a nuestro juicio, en torno a las siguientes cuestiones:
El trabajo político-ideológico tiene como referente al pensamiento del Comandante en Jefe, Dr. Fidel Castro Ruz, cuyas ideas programáticas son la expresión más auténtica de las raíces fundacionales de la política de salud. Saber usarlas con un sentido proyectivo, le confiere siempre el valor que como fuente para el trabajo cotidiano expresan.

Fidel Castro, en la plataforma programática del 1er. Congreso del PCC, 1975, se refirió a la necesidad de estar preparados ante concepciones ideológicas y actitudes caracterizadas por “el individualismo, el egoísmo, el localismo, el acomodamiento, la irresponsabilidad ante los deberes colectivos y la propiedad social, el uso indebido de influencias personales, el falso concepto de la amistad, el burocratismo, la falta de valor crítico y autocrítica, la inestabilidad y la vacilación […]”. Asimismo, en el Informe Central al propio Congreso, planteó: “Ideología es ante todo conciencia, conciencia es actitud de lucha, dignidad, principios y moral revolucionaria. Ideología es también arma de lucha ante todo lo mal hecho, frente a las debilidades, los privilegios, las inmoralidades”. Nuestro Comandante en el discurso pronunciado el 4 de abril del 2001, nos define la Batalla de Ideas que libra nuestro pueblo: “no significa solo principios, teorías, conocimiento y contrarréplica, destruir mentiras y sembrar verdades, significa hechos y realizaciones concretas”.

La labor ideológica expresada como actividad fundamental de la estructura de nuestro sistema socialista, fue planteada en el 1er. Congreso del PCC. En los momentos actuales, esta labor ideológica se lleva adelante a través de una Batalla de Ideas con acciones determinadas y ha hecho que nuestro sistema social o relaciones económicas no se destruyan a pesar de todos los problemas económicos y externos que hemos presentado.

La participación consiente de nuestros jóvenes en la construcción y defensa del socialismo requiere de un profundo, sistemático, asequible y diferenciado trabajo de preparación político-ideológica, asegurando además la educación patriótica y revolucionaria del futuro profesional y de esta forma preservar y defender uno de los principales logros en la construcción del socialismo: la salud pública. Por ello, nuestros profesores deben estar preparados para formar en nuestros jóvenes, firmes defensores de las conquistas de nuestro proceso revolucionario, de su nobleza y justeza, lo cual implica que sean seguidores de los principios de la Revolución y en nuestro caso además, de la ética médica como única forma de legitimarlos, tanto en el desempeño docente como en la vida personal. En los principios de la ética médica se expresa: “[…] en el ejercicio de nuestra función social debemos observar principios ético-morales de profundo contenido humano, ideológico y patriótico, tales como dedicar todos nuestros esfuerzos y conocimientos científicos al mejoramiento de la salud del hombre; trabajar, consecuentemente, allí donde la sociedad lo requiere; estar siempre dispuestos a brindar la atención médica necesaria con elevado espíritu internacionalista”.

Los resultados de la labor político-ideológica deben apreciarse en lo que se alcance con los estudiantes. Por eso se ha definido con precisión, en los documentos que rigen el trabajo educacional, que toda la labor docente y extradocente que se realice en el ámbito escolar tiene que ir dirigida a la formación comunista de las nuevas generaciones y, por ello, hay que concentrarse en dos vertientes esenciales del trabajo educativo. La primera es la formación patriótica, revolucionaria y ciudadana; la segunda es la laboral y por la eficiencia económica. Los objetivos específicos de cada una tienen como plataforma los documentos aprobados en el V Congreso del Partido y a los que hicimos referencia con anterioridad. Este es el principal objetivo del sistema de trabajo político ideológico del Ministerio de Educación, conformado por un conglomerado de influencias, que estructurado mediante diferentes componentes, garantice una acción coherente de los educadores y de los propios estudiantes.

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